(Basado en Luc. 12: 13 - 21)
Hay una historia en la Biblia
libro santo del Señor.
La historia de un hombre rico
que una mañana asustado despertó:
Con mucha preocupación
este hombre a si mismo comentó.
Todos los años de mi vida he trabajado,
hasta lograr tener lo que tengo,
y ser lo que ahora soy.
Fama, posición, gloria y riquezas,
y de la tierra lo mejor
pero guardarlo, ya no puedo...
pues nada más cabe,
en este, mi hermoso granero.
... Y aquel hombre trato de descansar,
más pronto su rostro de alegría cambió,
pues una idea a su mente se asomó.
... y dijo... ¡ah! ya sé lo que hare!
Derribaré las paredes
de éste mi hermoso almacén.
Construiré unas más altas,
en un espacio mayor.
Así guardaré mi tesoro
y seguro quedará.
Así, yo podré descansar.
Y tranquilo aquel hombre rico
se acostó para su mente descansar.
y a su alma comentó:
Alma, muchos años has trabajado,
has cumplido tu labor.
Es hora de que descanses,
duerme, reposa, come, regocíjate
mañana será mejor.
Más de pronto, una visita llegó.
La muerte nunca esperada
hasta su lecho se acercó,
y al hombre rico
estas palabras la muerte sentenció.
«Necio...»
he venido a buscar tu alma,
¿Y lo que ahora tienes
a quién lo dejarás?
Con estas palabras
la historia llego al final.
La enseñanza ...
también en la Biblia está.
«No hagas tesoros en la Tierra
que no te puedas llevar,
haz tesoros en el cielo
donde la polilla
jamás lo destruirá»
... Porque donde tengas tu tesoro,
también tu corazón tendrás.
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