Ha pasado muchos años, hemos vivido muchas historias.
Mas aún reuerda la memoria que nació un niño muy bello.
Vino Jesús a esta tierra trayendo radiantes destellos.
Llegó vestido con ropas de humildad, mostrando el camino
que nos lleva a la verdad.
Llegó siendo el Rey Eterno, dejó su gloria y sus riquezas
para salvar al hombre del infierno...
Hoy revivamos aquél momento tan precioso.
Recordemos con júbilo y alegríaa, la historia nos dice:
que fué el hijo de José y de María.
Hoy proclamamos nuestra bendición, Jesús humanado.
¡Nuestro Salvador!
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